¿Cuál es la hermosa leyenda de amor del Taj Mahal?
Observa este edificio… ¿No te parece impresionante? Estás ante una de las construcciones más famosas de todos los tiempos: el Taj Mahal.
Su belleza es razón suficiente para que todo el mundo se quede boquiabierto al contemplarlo, pero sin duda su fama se ha visto aumentada gracias a la hermosa leyenda de amor que rodea a su creación.
Te invito a conocer esta romántica historia y otras curiosidades que te fascinarán de la que está considerada una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno.
¿Qué es el Taj Mahal?
Lo primero que debes saber es que el Taj Mahal es un mausoleo, es decir, un monumento funerario porque cubre una tumba. Se encuentra en Agra, una ciudad al norte de la India.
Por sus dimensiones, perfección y hermosura, se trata del mausoleo más famoso del mundo, además de estar considerada la obra arquitectónica más importante del arte islámico.
¿Quién mandó construir el Taj Mahal?
Las obras de construcción comenzaron en el año 1630. Por aquel entonces la India estaba dominada por el Imperio Mogol y la ciudad de Agra era la capital oficial de este inmenso imperio. El emperador Sha Jahan fue quien mandó construir el Taj Mahal en honor a su querida esposa, Mumtaz Mahal.
Para Sha Jahan el mausoleo tenía que ser el más increíble y majestuoso del mundo, pero… ¿Por qué ese empeño? Atento a la historia que viene a continuación.
La historia de amor del Taj Mahal
Para entenderlo hay que remontarse a 23 años antes, es decir, a 1607. Por aquel entonces el emperador era todavía un joven príncipe de quince años con toda la vida por delante.
Cuenta la leyenda que un día, por casualidad, conoció en el mercado de Agra a una bella muchacha que estaba probándose un collar de diamantes. En cuanto la vio se enamoró perdidamente de ella y quiso convertirla en su esposa lo antes posible.
¿Crees que lo consiguió? ¡Sí, lo hizo, pero no lo tuvo nada fácil! Los astrólogos de la corte observaron el cielo y le dijeron que se olvidara de las prisas, pues según sus cálculos y predicciones, no era el momento propicio si quería que su matrimonio fuese feliz y duradero.
Al príncipe no le quedó más remedio que aceptarlo. En contra de sus deseos, se armó de paciencia y, a regañadientes, tuvo que esperar cinco largos años para casarse con su amada. Por fin, en 1612, sonaron campanas de boda y se unieron en matrimonio.
Para entonces y a pesar que tenía solamente veinte años, ya se había casado con otra mujer, así que Mumtaz Mahal se convirtió en realidad en su segunda esposa.
La historia de amor del Taj Mahal: el desenlace
Sí, Sha Jahan tuvo cuatro esposas, pero durante toda su vida sólo estuvo enamorado de una de ellas: la bella y buena Mumtaz Mahal, quien contempló enamorada y feliz cómo en 1628, su esposo subía al trono para convertirse en el emperador.
Entre ellos todo fue a las mil maravillas durante 19 años pero un fatídico día, mientras daba a luz a su decimocuarto hijo (sí, has leído bien, tuvieron catorce), Mumtaz Mahal enfermó y murió. Dicen que sus últimas palabras fueron pedirle a su esposo cuatro deseos: que fuera un buen padre, que se casara otra vez, que construyera una tumba para ella y que cada año, en el aniversario de su muerte, fuera a visitarla.
El pobre Sha Jahan se quedó destrozado. Tan grande era su tristeza que se encerró en su palacio – fortaleza conocido como Fuerte Rojo de Agra y durante muchos meses vivió aislado del mundo y de la gente porque ya nada le importaba.
Tardó mucho tiempo en superar el dolor y recuperar la ilusión de vivir, pero cuando volvió a verse con fuerzas, tomó la decisión de satisfacer ese último deseo de su mujer. Mumtaz Mahal descansaría para siempre en una tumba construida especialmente para ella.
Tanto la había querido y tanto la echaba de menos, que no se conformó con algo sencillo, sino todo lo contrario: se esforzó al máximo para que fuera la más hermosa que nadie pudiera imaginar. De esa promesa y ese sueño, nació el Taj Mahal.
La construcción del Taj Mahal
El emperador tuvo muy claro desde el principio lo que quería y no escatimó ni una sola moneda en su gran proyecto. Como puedes ver, el resultado fue espectacular. Eso sí, se necesitaron más 20.000 personas trabajando día y noche y unos 22 años para terminarlo.
Aunque fue construido con ladrillo se recubrió de un magnífico mármol blanco que fue transportado por cientos de elefantes hasta su destino. Después, se decoró finamente con todo tipo de piedras preciosas traídas desde los lugares más remotos y exóticos del mundo.
¿Cómo es el Taj Mahal?
Aunque cuando alguien nombra el Taj Mahal nos viene a la mente el impresionante mausoleo, que es el edificio principal, en realidad se trata de un recinto amurallado al que se accede por una gran puerta.
Dentro de este enorme espacio hay más construcciones, como dos edificios gemelos más pequeños: una mezquita para rezar y otro que se usaba como hospedería para los peregrinos.
También son increíbles los enormes jardines, atravesados por canales de agua que confluyen en un gran estanque central. Embellecen el entorno, sirven de espejo al mausoleo y de paso, riegan las plantas. Bien pensado ¿no crees?
Si te fijas en el plano, todo el complejo se caracteriza por el orden y la simetría tanto en las construcciones como en los jardines. Todo está perfectamente organizado, dividido en cuadrantes y diseñado de forma geométrica.
El mausoleo se eleva sobre una gran plataforma con cuatro estilizados minaretes (torres) que tienen una función decorativa. Aunque a simple vista no lo parezca, el gran edificio Taj Mahal es un cuadrado, pero como sus esquinas están achaflanadas, es decir, se han rebajado sus aristas, recuerda a un octógono.
Sha Jahan eligió muy bien el lugar para construirlo, a orillas del río Yamuna. Sabía que el efecto que produciría su imagen reflejada en el agua sería maravilloso y desde luego, lleno de romanticismo. También es impresionante ver cómo dependiendo de las horas del día y de la época del año, el mármol blanco adquiere tonalidades distintas ¡Al amanecer y durante la puesta de sol la imagen del Taj Mahal es espectacular!
Tanto el interior como el exterior están elegantemente decorados, pero llama la atención que no hay ninguna pintura o relieve que represente animales o figuras humanas ¿Sabes por qué? Pues porque el arte islámico no lo permitía. Toda la decoración es a base de figuras geométricas, motivos vegetales o textos del Corán.
Los mejores artesanos trabajaron en los relieves decorativos y las piedras preciosas están por todas partes, tanto en el exterior como en el interior. Aparecen incrustadas en la piedra formando parte de una exquisita decoración.
En el centro del mausoleo, bajo la cúpula con forma de bulbo, se encuentran las tumbas de los dos enamorados.
El trágico final de Sha Jahan
Sha Jahan jamás olvidó a su esposa Mumtaz Mahal y seguramente cumplió también la promesa de visitar el mausoleo cada año, en el aniversario de su muerte.
En 1657 el poderoso emperador cayó enfermo y varios de sus hijos se enfrentaron entre sí por ocupar el trono. El vencedor fue Aurangzeb, quien en cuanto se puso la corona, encerró a su padre y lo convirtió en su prisionero. Jamás le permitió salir de su propia casa durante nueve años.
Se cuenta que desde los balcones del gran palacio-fortaleza, Shan Jahan lloraba la ausencia de su mujer y contemplaba melancólico el hermoso Taj Mahal, la obra más grandiosa de todas las que había mandado construir en su vida.
Cuando falleció a la edad de 74 años, fue enterrado en el gran mausoleo y desde entonces, reposa para siempre bajo la gran cúpula, junto a su amada Mumtaz Mahal.
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